Después me embaracé y conforme la panza crecía lo único que pensaba es que no quería tener un hijo que educara y criara alguien más y mucho menos alguien que fuera desconocido. Las circunstancias lo permitieron y dejé mi trabajo y mi vida profesional exitosa.
Esperábamos a que Darío naciera y las contracciones no llegaban, en ese tiempo entendí que Darío daría otro ritmo a mi vida. Él decidió nacer en la semana 42 después de 36 horas de trabajo de parto y así comenzó mi nueva vida, mi nueva forma de medir el tiempo.
Con un bebé en brazos siendo una nueva madre mis días pasaban entre pañales, leche materna, llantos que no comprendía y mi tiempo cambiaba su ritmo. Las noches no eran muy diferentes. Hubo días que lo único que hacía era cargar a mi bebé, cada vez que lo acostaba en su moisés lloraba, lo cargaba y dejaba de hacerlo y volvía a dormir, así que solo lo cargaba.
Manejar grandes distancias era toda una faena que dejé de hacer, llegar a tiempo a las reuniones y citas con el doctor fue muy complicado por mucho tiempo y lo que mas deseaba en el día era perder la noción del tiempo cargando, admirando, oliendo a mi bebé.
Ahora, Darío se la pasa jugando, vive en un mundo diferente, tratar de salir de casa corriendo es IMPOSIBLE, él tiene su tiempo y cambia el mío. Lo mismo pasa si tratamos de comer algo rapidito, hacer una visita rápida a la abuela o jugar solo por 5 minutos.
Aquella vida de ajetreos y carreras ha terminado, Darío dio un gran slowdown a mi vida que cambió mi concepto del tiempo y día a día aprendo a disfrutarlo y aceptarlo. Darío cambió el tiempo para mi, la palabra "rápido" casi desaparece y tomar unas horas para jugar en algún parque es parte de mis días. Creo desde mi corazón que es una de las cosas que más tengo que agradecerle a mi hijo.
Yuria Prospero
Yuria... que hermosa definición de tiempo... Muriel también nació en la semana 42... si se habrá tomado su tiempo para salir al mundo... le encanta dormir y jugar.... se toma todo su tiempo para ambas cosas... ama comer, no es de esas bebes que prefiere seguir jugando a comer. No, ella primero come y después juega... el almuerzo y la cena son sagrados para ella. Así que realmente cambian la noción de tiempo (y aunque siento que nunca me alcanza) con ella tuve que bajar el ritmo, ser paciente. Que sabios son los niños... otra vez pienso en las enseñanzas del Principito... si los escucháramos más que felices seríamos no?
ResponderEliminarUn besote enorme y que alegría volver a leerte esta semana :D
Así es, nos hacen bajar el ritmo, son sabios
EliminarLa semana pasada fue solo una pequeña ausencia, aquí regreso y corro a leerte
Besos
hola!
ResponderEliminarPues sí, en cuanto nacen, todo patas arriba, y aquello que creíamos que era la única forma, la única vía, resulta ser una de tantas.( entre ellas trabajar o no, por ejemplo, fuera de casa)
un beso!
Coincido, Paula, no hay una única forma y ellos nos lo recuerdan cada día
EliminarUn abrazo
Si te lo puedes permitir, eso es lo correcto, darles tu tiempo a ellos, porque es algo efímero que se va y no lo recuperas. Y tanto el adulto como el peque, necesitamos nuestro tiempo.
ResponderEliminarSalu2
Considero que soy muy afortunada por haber podido dejar mi trabajo fuera de casa y comenzar esta aventura. He tendido un gran aprendizaje de esta slowdown!
EliminarGracias por pasar por aquí
Un abrazo
Es increíble cómo te cambia la forma de ver la vida un hijo ¿Verdad? Pasa a ser una prioridad por encima de todo.
ResponderEliminarYo estoy con Moi, si pudiste permitirte dejar esa vida ajetreada para pasar el tiempo con tu niño, me parece genial. Mi hijo acaba de hacer seis años y aún no puedo creermelo... Cómo pasa el TIEMPO!!!
Un abrazo!!
Un hijo te cambia la vida, pero hasta que no lo vives no entiendes lo que esta frase quiere decir en realidad. El tiempo vuela y es maravilloso poder verlos crecer.
EliminarBesos
Coincido con Moi, hace falta tiempo para ambas partes... Es preferible el tiempo de calidad que mucho tiempo y terminar quemándose. Pero también, como dices, el tiempo vuela y hay que saber aprovecharlo y ATESORARLO para siempre.
ResponderEliminarUn besazo!
Creo que la cantidad de tiempo que es "adecuado" dependerá de cada familia, yo estoy feliz con mi hijo en casa, no lo cambio por nada.
EliminarUn abrazo
que hermoso!, en verdad que es difícil la vida con ajetreos y con carreras... yo solo corro ahora en el desayuno para que salgan corriendo al colegio, de resto? mi vida es andar tras ellos con jugo, agua, pipí, etc, etc... el rápido es los minutos que paso frente a la PC con el blog o los estudios jejeje
ResponderEliminarbesos
http://www.mamiandbaby.net
los hijos te cambian la noción del tiempo, todo va a otro ritmo, al suyo y cuando tienes que hacer algo, salen las prisas , los nervios y todo lo demás... ojalá hubiese yo también podido haver las cosas diferentes y no ir deprisa a todos lados.... poder estar en casa disfrutando del tiempo con mi peuque.... por lo menos tengo las tardes que las disfruto mucho, a su ritmo... con calma.... me encanta!
ResponderEliminarBesos!
Es lo máximo el tiempo que pasamos con ellos y si seguimos su ritmo, como dices, lo disfrutamos mas. Ellos no saben de prisas
EliminarUn abrazo
Pues en mi caso, que continué con mi trabajo y vida "exitosa" no puedo decir que haya desaparecido lo rápido, aunque es cierto que con ellos no valen las prisas ;-)
ResponderEliminarQué suerte de poder ralentizar la vida!