Como escribí en el artículo anterior (puedes leerlo aquí) mi lactancia fue exitosa, pero esto no quiere decir que no fue cansado, que no hubo crisis de leche, que no necesité ayuda. Es cierto que mucho del camino fue porque que creía en mi capacidad de amamantar, pero hoy quiero compartirte algunas cosas que me fueron de mucha utilidad.
1. Para amamantar hay que amamantar. Esto fue lo que decían en el Club de Lactancia de Nacer y Crecer a donde cada viernes asistíamos mi hijo y yo. Así que si quieres hacerlo hay que hacerlo sin importar nada: ni el tiempo, ni las visitas, ni los trastes sucios, ni el piso sin barrer, nada, solo tu hijo y tú amamantando. Recuerdo que pasé varios días (no siempre seguidos) simplemente cargando y amamantando a mi bebé, esas fueron las crisis de leche, son reales las he vivido, pero las puedes superar simplemente amamantando.
2. Tener un grupo de apoyo. Tener un grupo de apoyo me ha parecido indispensable, encontrar mamás que están pasando lo mismo que tú, que les duele la espalda, que buscan soluciones que nos ayudan a todas, que se sienten vulnerables como tú, en fin que comparten la etapa que vives. No estas sola y saberte acompañada es muy necesario y gratificante.
3. El apoyo de mi pareja. Aunado al apoyo del grupo de mujeres, el apoyo de mi pareja fue muy importante. Tengo la suerte de tener un marido que fue amamantado y que mi suegra presuma con orgullo que lo hizo y que lo hizo por como 2 años, así que para mi marido era importante que Darío tuviera su lechita. Su apoyo fue invaluable.
4. La mejor cura para las grietas es la misma leche y el aire fresco. Como conté antes tuve una pequeña grieta, que aunque pequeña dolía y dolía especialmente cuando Darío debía mamar. Lo que me funcionó fue: NO dejar de amamantar, ponerme mi propia leche y tener los pechos al aire, si, cerraba las ventanas y andaba "topless" por la casa. La grieta cerro y todo mejoró considerablemente.
5. El colecho. Aunque este no es el tema de la semana creo que el colecho fue vital par que la lactancia fuera prolongada. Tengo algunas amigas que se quejaban de las desveladas y yo nunca las sentí tanto, ¿porque? porque no las había. El colecho me daba la posibilidad de solo subir la blusa de mi pijama y que mi hijo tuviera su leche mientras los dos seguíamos dormidos.
6. La comodidad. Para mi amamantar es mucho mas cómodo que dar biberón. Es verdad que si amamantas exclusivamente eres la única que puede hacerlo, nadie puede ayudar, pero era tanto el deseo de estar con mi bebé que no me importaba que así fuera y si era mas cómodo no tener que cargar con biberones, leche, agua, pedir que te calentaran el agua, que el bebé tenga que esperar ya desesperado (y la madre nerviosa de escuchar el bebé) versus leche ya preparada con los nutrientes necesarios, a la temperatura adecuada y sin nada extra. Yo prefiero amamantar, ¡¡que viva la leche materna !!
Espero te sirva lo que te cuento para mi funcionó, pero estoy consciente que cada persona y cada familia son diferentes y pueden no servirle a todo mundo, pero lo comparto con amor y el deseo de poder ayudar a alguien
Te deseo lo mejor y una lactancia prolongada
Un abrazo
Yuria Prospero
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