Crianza: Cuando las cosas no salen como las planeamos

Cómo lo estuve diciendo en las redes sociales esta semana quiero hablar sobre crianza. Había yo desarrollado un tema sobre tratar a nuestros hijos con respeto, amor y empatía y luego pasó este incidente el domingo pasado que me hizo cambiar este artículo. Quiero contarte.

Para comenzar quiero decir que elegí una crianza con apego y respeto para Darío: nosotros colechamos, fui mamá canguro (siempre digo con mucho orgullo que cargué a Darío por 24 horas durante sus primeros 5 meses y medio, después aprendió a gatear y las cosas fueron diferentes), hacemos homeschooling, y bueno trabajamos todos los días de que el trato hacia todos en casa sea de respeto, amor y empatía, sin gritos, amenazas ni chantajes. ¿Que quiere decir que "trabajamos todos los días"? Bueno, lo que quiere decir es que las decisiones y acciones tomadas van hacia ese rumbo, pero que en ningún momento somos infalibles y que no siempre las cosas resultan como las planeamos: llenas de amor, respeto, comprensión.... etc Quiere decir que somos humanos y padres por primera vez de un niño de 5 años, y que mañana seremos padres por primera vez de un niño de 5 años y medio y luego 6 y 7 y así por el resto de nuestras vidas, y que todos los días aprendemos sobre el trato, sobre la convivencia los unos de los otros.

Pues bien, el domingo tenía una reunión de mujeres al rededor de una amiga que va a tener un bebé, un Blessing Way, si no sabes lo que es puedes leerlo aquí. Bueno, un día antes se lo comuniqué a Darío y me dijo que él quería ir conmigo, que no quería quedarse en casa. Le dije que sería aburrido y que yo consideraba que era mejor para él quedarse con su papá y sus juguetes en casa, a lo que el dijo que llevaría sus juguetes. Pues con todas las prisas MIAS no leí bien la invitación o confundí la hora con otro evento, o solo Dios que pasó, pero llegamos temprano 1 HORA TEMPRANO!! y quizá fue eso lo que marcó el desastre. Durante esa hora Darío estuvo bien, pero fue en el momento en que todas iban llegando que Darío no pudo mas y comenzó a decir, luego gritar, luego llorar que quería irse, que estaba aburrido y en ninguna de estas etapas valió recordarle que le había dicho que iba a ser aburrido y que no podía pedir irse hasta que terminara. Mis sentimientos fueron de frustración. Si bien estoy convencida de la crianza que uso con mi hijo es lo mejor para él, a veces suele ser una crianza cansada y muchas veces solitaria y yo quería un momento para mi, así que la frustración (y otras circunstancias) afloraron y con lágrimas en los ojos dejamos el lugar.

Estoy consiente que mi hijo solo se comporta al nivel de las circunstancias: si le he enseñado y permitido que exprese como se siente, pues es lo que hace, además que quien se equivocó y aceleró y llegamos MUY temprano fui yo. Y lo que considero mas importante, quiero que Darío aprenda, que todos podemos sentir muchas emociones y ninguna es mala, lo que es malo es como nos comportamos al sentirlas, EN NINGUN MOMENTO, SIN IMPORTAR COMO TE SIENTAS TE DA EL DRECHO A LASTIMAR A OTROS y como un ejemplo vale mas que mil palabras decidí llevar TODA mi frustración a un parque. Creí que no podía llegar a casa con todo este sentimiento, porque corría el riesgo de gritar, hacer caras desagradables a mi hijo, así que pasamos a un parque en donde le explique que me sentía de esa manera porque no quería irme y quería pasar tiempo con mis amigas, le dije que así como a él le gusta jugar con sus amigos, yo necesitaba tiempo con mis amigas y que estaba consiente de que para él era aburrido y es por eso que le había sugerido quedarse en casa, pero que si tenía hambre podíamos bajarnos en el parque a comer los hoy cakes que había preparado. Caminamos, corrimos, comimos hot cakes, alimentamos a los patos, se subió a los juegos, tomamos sol. Pregunté varias veces si quería irse y siempre pedía un rato mas. Así que nos fuimos hasta que yo me sentía mas relajada y él había disfrutado todo lo que quiso. Mientras él corria (yo llevaba zapatos altos) tuve tiempo de pensar, de aclara mis sentimientos, de hacerme confesiones, de entender mis sentimientos y sin crear culpas a nadie ni de ningún tipo empecé a relajarme. La frustración no se fue por completo, ahí sigue, pero es diferente porque la he traducido y después de todo el análisis se que hay acciones que tengo que tomar: necesitamos mas días con sol, caminatas, patines y pláticas en el parque, entre otras cosas.

¿Fue lo mejor? Pues creo que ese momento para los 2 nos dio paz, cercanía, entendimiento. En realidad es difícil saber a ciencia cierta si pude hacer llegar el mensaje que quería y este mensaje era: Darío, me siento frustrada porque las cosas no salieron como hubiera querido, pero dentro de toda mi frustración podemos pasar un rato agradable juntos porque te amo y amo estar contigo

Creo que la historia fue mas larga de lo que pretendía ser este artículo, pero lo que trato de decir es: 1. Que somos nosotros los responsables de nuestros sentimientos y emociones 2. Que somos los adultos quienes tenemos o debiéramos tener más herramientas para manejar nuestras emociones 3. Que la forma de ayudar a nuestros hijos a manejar sus propias emociones es poner el ejemplo de como manejamos las nuestras 4. Que no puedes pedir que alguien mas entienda como te sientes si tu mismo no lo entiendes 5. Que no importa como te sientas, nuestros hijos no tienen porque cargar con nuestras emociones, somos nosotros quienes debemos resolverlas

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